El descuido de la cuidadora

Ella siempre tuvo una sospecha clara: este mundo no es igual para todos aun siendo el mismo mundo, como si hubiera universos distintos dentro de una misma habitación. Era una niña sensible que se cubría de durezas, porque así se lo hacía creer justo. Tal vez soñaba con cuidar como quería que le cuidaran a ella.

Náuseas para desayunar

Nada como empezar el día con una buena arcada. Le había cogido el disgusto a sentir que tenía algo que expulsar de sí mismo o de sus días, y digo sentir, explícitamente, porque pensarlo no lo pensaba sino más bien lo dudaba. Aguantaba el fiero debate entre encontrarse bien o mal, según el rato como si del azar fuera la cuestión…